el diseño que mas vende

Dejando de lado las características intrínsecas de un producto, lo que hace que el  consumidor se decante por una u otra marca, parado ante el lineal, es la imagen que éste le transmite. Y la competencia es dura. Saber vestir un buen producto nunca antes había sido tan necesario.

Ya casi nada se vende a granel, a peso o por unidades sueltas. Todo o casi todo se envuelve, se empaqueta o se embala para poder ser comercializado. En algunos casos se trata de una mera cuestión funcional (que no menos importante): el producto debe ser envasado para poder ser manejado, transportado, almacenado y vendido. También resulta necesario para protegerlo del exterior, para mantenerlo de manera adecuada y conservar sus  características nutricionales, de salubridad, higiene, etc. O sencillamente, para evitar que se rompa o se deforme. Para mejorar su uso y consumo. Hay muchas razones para envasar un producto y otras tantas maneras de hacerlo. Pero sin duda, lo que se estila es hacerlo con arte.

 

 

La importancia del packaging debemos enmarcarla en algo mucho más amplio que es el branding un concepto marketiniano que hace referencia al posicionamiento de un producto en el mercado. Para posicionar un producto, sin duda hay que hacerlo diferente al resto para que sea escogido en detrimento de su competencia. Nos dejamos influir por muchas cosas a la hora de escoger el producto, pero la experiencia de la compra y de la elección del producto está cambiando. La impresión generalizada es que el diseño de packaging está llegando paulatinamente a todos los sectores, no tan solo al gran consumo. Las pequeñas empresas también se están lazando a crear buenos diseños de packaging, a sabiendas de la rentabilidad que supone. Los fabricantes se han dado cuenta que el propio pack es un medio de comunicación y publicidad. Cada vez que abres el armario de la despensa de casa o la nevera y ves el pack con su marca, recibes un impacto. Y si contabilizásemos ese impacto como se hace con la publicidad, veríamos que es la más barata que hay. El pack se necesita, hay que embalar el producto, pero si lo convertimos en un soporte publicitario, resulta ser la mejor estrategia de branding.

Creatividad al poder
El packaging puede comunicar, a través de su diseño gráfico e impresión, cómo debe ser usado, transportado, reciclado o dispuesto un producto empaquetado. En el caso de muchos productos farmacéuticos, médicos, alimenticios y químicos alguna de esta información es jurídicamente obligatoria. Cumplida esta misión, podríamos conformarnos con un envoltorio liso y neutro. Pero lo cierto es que a estas alturas, seguramente nadie nos compraría. La estructura, disposición, la jerarquía de la información, fotografías e ilustraciones conforman una conjunción de elementos adaptados a las necesidades del cliente. Al diseñar un envase se tendrá en cuenta su público, el mercado, el lugar de venta, la competencia, el sector, etc. El envoltorio debe ser atractivo, transmitir adecuadamente la imagen de marca y sus valores así como su posicionamiento en el mercado. Por eso en el packaging hay diseños que son verdaderas obras de arte.
Los envases han ido evolucionando, siendo capaces de transmitir sensaciones. Que parezca más apetitoso, sabroso. A través del diseño, se puede hacer cambiar la percepción del producto: que sea premium o más sencillo… los diseñadores tienen los recursos, a través de los colores o las tipografías. Sin embargo todos coinciden en lo mismo: al consumidor no se le puede engañar. Hay que ser muy honesto con el packaging o no te vuelven a comprar nunca más.

by cipiadim

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